El lenguaje es difícil

Luego de 2.000 horas de estudiar inglés el estudiante promedio japonés o chino no tienen la suficiente competencia como para poder hacer uso práctico de la lengua y además tienen todavía problemas con la pronunciación inglesa. Según experiencias basta con 250 horas de estudio de esperanto para que los estudiantes asiáticos dominen mucho más el esperanto incluso en el caso de la pronunciación.

Investigaciones lingüísticas muestran cuán importante es la edad para el aprendizaje de lenguas. Los inmigrantes que llegan a EE.UU. entre los 3 y 7 años de edad aprenden el inglés tan bien como los nacidos en EE.UU. Los inmigrantes que llegaron cuando tenían entre 8 y 15 años, tienen peores conocimientos cuanto más tarde han llegado. La peor situación es la de aquellos que han llegado después de los 15 años de edad.

Escuchar no basta

No alcanza con escuchar una lengua para aprenderla. Anteriormente se aconsejaba a los padres sordos a hacer que sus hijos miraran mucha televisión, pero se ha visto que esto no tenía mayor valor en su desarrollo lingüístico.

Jan Svartvik, un catedrático sueco de inglés escribe que: “cuando se discute la enseñanza del inglés en Suecia podemos constatar por lo general que es exitosa, en todo caso si se cree a aquellos que visitan Suecia y dicen: ’ustedes los suecos hablan tan buen inglés’… Pero hay razones para examinar más de cerca cuán valederas son este tipo de opiniones. Son ciertas cuando se trata de situaciones predecibles, como por ejemplo hablar de su trabajo, su familia, sus intereses, Suecia, o por supuesto en ciertas situaciones típicas como describir a un turista el camino a la estación de trenes. Pero estas opiniones están muy lejos de ser ciertas cuando se trata de un cambio de opiniones serio en una discusión, o de escribir una carta de lectores a un periódico, o de actuar en contextos puramente profesionales, como negociar en la UE sobre la cuota de importación de bananas o las excepciones sobre las restricciones al tabaco de mascar. Es tal vez más prudente tomar ese tipo de cumplidos con pinzas…”

Aquél que haya tratado de valerse por sí mismo en Europa con el inglés, el castellano o el francés, con seguridad se habrá decepcionado rápidamente.

El inglés aprendido en la escuela no basta

Para aquél que quiera llevar a cabo algo en el Parlamento Europeo o en la Asamblea General de la ONU no alcanza con hacerse entender por medio de un intérprete. Es preciso que uno hable convincentemente, argumente, discuta y despierte sentimientos. Para lograr esto no basta con el inglés o el francés aprendido en la escuela, sino que se precisan años de estudios ulteriores y de práctica del idioma. ¿Cuántos de nuestros políticos han tenido tiempo para esto durante su carrera?


© Hans Malv, 2004